Una marejada oscura y viscosa cubre todo los
fiordos y marismas del paladar, invade la piel con extrañas esencias que invitan a la faena después de una larga noche de insomnio.
Bebida de reencuentros matutinos
con los fantasmas que han quedado
aferrados en la memoria de los labriegos y en la resaca histórica de las
haciendas. Ecos de labranza, de cantos
de gallo al amanecer; elixir vegetal que
desciende por miles de gargantas sedientas, en un extraño ritual donde se
exorcizan los mejores aromas de la montaña y se desatan sabores encontrados y
únicos. Conjuro y premonición: cierto sincretismo alquimista que ha decantado en una buena taza de café, la
esencia última del universo.
Carlos Murcia G.
1 comentario:
Amigo Carlos Murcia tiene un excelente Blog, lo felicito. Cordial saludo. Carlos Ignacio Cabrera Gómez. Escribame a cicg@outlook.com. Un abrazo.
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